Capítulo 2

«Oh, ¿no sería estupendo que los héroes visitaran mi casa?».

«¡Ya he limpiado mi casa por si acaso se pasan por aquí!».

Los pasillos de la Real Escuela de Delan resonaban con el jubiloso alboroto de los estudiantes después de clase.

Hoy marcaba el comienzo de las visitas de los futuros estudiantes de la Academia Lumene a la Real Escuela de Delan.

Los miembros de la nobleza de Delad competían con entusiasmo por acoger a estos visitantes de estimados linajes heroicos.

Nota: Recuerden que Delad es el nombre del reino y Delan es su capital.

Sin duda, figuras verdaderamente legendarias.

Este título, «linaje de héroes», era una insignia de honor otorgada a familias ilustres, que presumían de un linaje de hazañas heroicas que abarcaba generaciones.

Naturalmente, tal nombre otorgaba una ventaja significativa a un futuro estudiante que intentaba asegurar su ingreso en la Academia Lumene.

«¿Qué linaje de héroes crees que nos visitará, Gullivan?».

«Los Zerdinger, por supuesto».

Ante la respuesta de Gullivan, sus compañeros estallaron en una animada charla.

«¡Por supuesto! Seguro que visitarán la mansión Tratten, ¿verdad?».

«¡Por supuesto! No hay mejor lugar para visitar para los aspirantes a Lumene».

Gullivan sonrió, complacido por el entusiasmo de sus amigos.

«Estoy tan emocionado de conocer a los héroes del clan Zerdinger».

«¡Vaya! ¡Qué envidia!»

«Gullivan, ¿puedo ir a tu casa más tarde?»

«Claro, amigo. Lo que sea por un amigo».

«¡Oh, de verdad! ¡Gracias!»

«¡Gullivan! ¡Cuenta conmigo también!»

Gullivan Tratten.

Sucesor de la familia Tratten, aclamado como el principal prodigio mágico de Delad.

Solo tenía quince años, pero ya era un mago de dos círculos.

La atención del público se había fijado en él; todos esperaban grandes cosas de él en Lumene.

Y habían pasado veinte años desde la última vez que un estudiante del reino de Delad se inscribía a Lumene.

Así que todos los ojos estaban puestos en Gullivan.

Mientras todos estaban concentrados en Gulliver, un estudiante que miraba por la ventana vio algo y dijo sorprendido:

«¡Eh, mira! ¿No es ese el emblema de los Zerdingers?»

«¿Qué? ¿Dónde? ¡Enséñanos!»

«¿Ya están aquí?».

Los estudiantes se acercaron a la ventana, curiosos.

Mientras tanto, Leo se disponia a salir del aula, aparentemente indiferente.

El hecho de que se este retirando del aula, llamó la atención de la pandilla de Gullivan.

« Wow, detente Leo, Crees que puedes saludarlos primero si te vas? ¿De verdad crees que se interesarían por ti?».

Gullivan se burló de Leo.

Gullivan era constantemente elogiado por ser genial en todo lo que intentaba.

A pesar de esto, Gullivan no podía evitar sentir una punzada de envidia hacia Leo.

Había un área en la que Leo lo eclipsaba.

La clase de batalla.

Sin embargo, los profesores claramente favorecían a Gullivan sobre Leo, por lo que les ahorraban las evaluaciones prácticas entre los dos. Todos asumían que Gullivan ganaría.

Leo replicó con indiferencia.

«Solo me voy a casa».

«Parece que te has vuelto bueno en cambiar de tema».

«Sí, solo vete a adular a los Zerdinger?».

«No hables sin saber, Leo. Solo quiero ver de qué está hecha Celia Zerdinger».

Los ojos de Gullivan brillaron con determinación.

De repente, sonó un anuncio por los altavoces.

«Atención. Todos los estudiantes deben reunirse ahora en el salón de banquetes, sin excepción».

Estaban a punto de recibir a la familia Zerdinger.

«Ah, pero yo estaba a punto de irme», murmuró Leo para sí mismo.

Gullivan resopló y rápidamente se dirigió al salón de banquetes.

Otros lo siguieron, emocionados por conocer a los Zerdinger.

Pero Leo se rascó la cabeza y murmuró: «Esta vez paso».

«¿Qué? Leo, ¿en serio?».

«Me voy».

«¿Qué? ¡Esta es nuestra oportunidad de conocer a los Zerdinger!»

«No me interesa».

Mientras Leo se alejaba del salón de banquetes, sus compañeros de clase intercambiaban miradas de confusión.


«¡Bienvenido, Sr. Zeis Zerdinger!»

El profesor Jayden saludó calurosamente a Zeis.

Otros estudiantes lanzaron miradas de envidia hacia Zeis.

«Es un honor estar aquí».

«Este es Gullivan Tratten. ¡Él también espera entrar en la Academia Lumene!».

«Ah, ya veo. Mi sobrina también está entre las candidatas de este año».

Todos miraron a Celia Zerdinger.

La princesa del clan Zerdinger.

Conocida en todo el imperio y más allá como la Princesa de la Espada.

Celia se mantuvo serena bajo el escrutinio de los estudiantes.

Nota: “Escrutinio” en este contexto da a entender que los otros estudiantes la miraban para generar sus opiniones.

Gullivan la miraba asombrado.

«¡Es tan guapa!».

Con su cabello oscuro y sus ojos rojos como un ruby, era cautivadora, desprendía un encanto de otro mundo.

«Bienvenida, Celia».

Zeis hizo un gesto a Celia para que saludara a Gullivan.

«¿También vas a hacer el examen de ingreso? Apoyémonos mutuamente».

—¡Cla… claro! ¡Demos lo mejor de nosotros!

Gullivan sonrió con confianza y le tendió la mano.

Celia vaciló un momento, le estrechó la mano luego de la indicación de Zeis.

Gullivan sonrió con alegría.

—Puedo enseñarte el campus más tarde. Y también puedes hablar con los estudiantes.

—Oh, no estoy segura de tener mucho que decir.

«¡Entonces, puede que el gran Zeis Zerdinger tenga algo que decir, cualquier cosa será extremadamente beneficiosa para los estudiantes!»

Apodado “La Hoja Llameante”, estaba entre los caballeros más renombrados del imperio.

Sus palabras tenían una influencia considerable.

«Por cierto, ¿dónde le gustaría alojarse?»

Preguntó el profesor Jayden a Zeis.

«Ya lo he organizado».

«Ya veo».

El profesor Jayden tenía una mirada confusa.

«Disculpe, profesor».

«¡Si!».

«Quiero ver a Leo Plov».

«¿Perdón?».

Jayden estaba sorprendido, y Gullivan también.

¿Lo he oído bien?

¿Por qué desea ver a Leo y de donde lo conoce?.

Estos pensamientos pasaron por la mente de Gullivan mientras no podía evitar sentirse impactado

Zeis ni siquiera había oído hablar de Gullivan, considerado el mejor talento de todo el reino de Delad.

«¿Cómo conoce al estudiante Leo?»

«Alguien que conozco me habló de él, dicen que tiene un talento excepcional».

«¿Está seguro de que se refiere a… Leo?»

Cuando Zeis mencionó a Leo, que ni siquiera quería venir, Gullivan se enfadó un poco.

«¿Crees que me equivoco?»

«Leo Plov es uno de mis compañeros de clase. Sin duda es un estudiante sobresaliente, pero…»

Gullivan sacudió la cabeza indicando negación.

«Ese tipo ni siquiera puede usar el aura básica».

«¿De verdad?»

Los responsables del colegio se sorprendieron de la audacia de Gullivan al hablarle a Zeis Zerdinger.

Gullivan también se estremeció por su propia audacia.

Zeis asintió.

«¿Acaba de escuchar Zeis Zerdinger mi opinión?»

Gullivan, interpretando el asentimiento de Zeis como una afirmación, se llenó de orgullo.

Pero los miembros de la familia Zerdinger no parecían sorprendidos.

Zeis tenía autoridad total sobre la mayoría de las cosas, incluyendo, por supuesto, la educación de los miembros de la familia Zerdinger.

Incluso la cabeza de la familia Zerdinger respetaba su opinión, por lo que era inaudito que un niño como Gullivan, quien ni siquiera tiene lazos de sangre con la familia Zerdinger, lo cuestionara.

«Entonces, ¿dónde está Leo?», preguntó Zeis, sin inmutarse por la confusión de Gullivan.

Gullivan tartamudeó y Jayden intervino.

«¡Leo Plov, ven aquí!».

«…».

«¿Leo?».

Una mano se levantó entre la multitud.

«Leo se fue temprano».

«¿Qué?».

Jayden se sorprendió.

«Pero les dije a todos los estudiantes que vinieran».

«Él… dijo que… no quería conocer a los Zerdingers».

Los estudiantes cuchicheaban entre ellos.

Celia observaba, sorprendida y un poco ofendida.

Pero Zeis solo sonrió con complicidad.

«Eres igual que tu madre…».


Zeis y Celia subieron al carruaje, tras haber concluido sus asuntos en la Escuela Real de Delan.

Los espectadores se quedaron boquiabiertos ante el carruaje en el que viajaban:

«¿Eso es… un grifo?»

¿Un carruaje conducido por una criatura legendaria?

Mientras la gente se quedaba con la boca abierta, el carruaje partió.

«Ah, me pregunto a qué casa van».

«Qué envidia, ugh».

Los estudiantes murmuraban.

Gullivan los vio partir, sintiéndose decidido.

«¡Estudiaré con chicas como ella cuando entre en Lumene!».

Parecía perfecto para alguien como él, alguien con tanto talento.

Gullivan se sentía decidido a triunfar.

«¡Solo queda una semana para el examen de ingreso! ¡Juro que lo aprobaré!».

Mientras tanto, en el carruaje.

«¿Qué te parecieron los estudiantes de la Real Escuela de Delan?»

«No me impresionaron».

Celia estaba decepcionada.

Había asistido a una conferencia sobre héroes en la escuela y había llegado a la conclusión de que no valía la pena escucharla.

El estudio de los héroes es una tarea muy importante para aquellos que aspiran a convertirse en héroes.

Y, según la conferencia a la que había asistido, la escuela no parecía lo suficientemente buena como para producir héroes que valieran la pena.

«Y ese estudiante, ¿Gullivan? No debería tener el descaro de hablar en contra de las palabras del tio».

«Las cosas serán mejores donde vayamos después».

«¿La mansión Plov, verdad?».

Celia recordó su conversación anterior.

Al parecer, al estudiante de la familia Plov ni siquiera le importaban los Zerdingers.

«Presumido».

Celia estaba orgullosa de su familia y no le gustaba su actitud.

«¿Y quién se cree que es ese Leo? Intenta convertirse en caballero, pero ni siquiera domina el aura a su edad».

Celia no tenía muy buena opinión de Leo.

Poco sabía ella que se dirigían a la casa de su familia.

Mientras tanto, Zeis sacó una carta de su bolsillo y releyó su contenido.

«Si no hubiera abandonado a la familia, se habría convertido en una gran figura del linaje Zerdinger».

Seld Zerdinger, el patriarca actual de la familia, Zeis Zerdinger y Reina Zerdinger eran los tres hijos de la familia quienes alguna vez fueron considerados como el futuro de esta.

A pesar de su repentina partida, Zeis sabía del potencial de Reina y confiaba en su evaluación de su hijo como “genio”.

Pero Leo…

«¿No puede usar Aura?»

Había que dominar Aura para ser un caballero desde una corta edad.

Pero, al parecer, Leo no pudo lograrlo.

«Me pregunto cómo será».


En la cena.

Solo en el gimnasio, Leo cerró los ojos.

Acababa de completar su entrenamiento y su cuerpo estaba empapado en sudor.

«Uf».

Suspiró profundamente.

«El Corazón de Maná esta completado».

La razón por la que Leo no pudo manejar el Aura hasta ese momento era también para mantener el ritmo con las enseñanzas de su madre.

Sin embargo, la razón principal era el Corazón de Maná.

Si solo se tratase de tener las cualidades de un caballero, su cuerpo actual era mucho mejor que el de su vida pasada como Kyle, pero sus cualidades como hechizero e invocador eran deficientes, a tal punto de ser casi inexistentes.

Por eso aún tenía que aprender a usar el Aura correctamente sin prisas.

Sus amigos habían usado el poder del Aura en sus vidas pasadas.

En su vida pasada, Kyle fue un guerrero experimentado, un mago de formidable poder y contratista de espíritus.

La razón principal por la que el grupo de subyugación no se desmoronó pese a que sus compañeros morían uni por uno fue gracias al dominio de Kyle de las tres disciplinas.

«Fui capaz arreglarmelas para llenar su vacío».

Como único superviviente, Kyle había heredado la esencia de sus poderes.

Junto con su voluntad y sus esperanzas, también, por supuesto.

«No pude manejarlo correctamente en mi vida pasada. Pero en esta vida, honraré su legado a la perfección».

En cuanto el aura es aceptada en el cuerpo de uno, ese cuerpo continuará evolucionando para lograr hacer uso completo del Aura.

Lo que elimina por completo la capacidad de acumular Maná y energía espiritual.

Por eso lo ha evitado durante tanto tiempo.

Para continuar el legado de sus camaradas caídos.

Leo apretó el puño.

«Hagámoslo. ¡Vamos, Aura! ¡Ven a mí!»