Capítulo 1

La guerra era un suceso devastador que implicaban innumerables problemas para las partes implicadas, un capricho humano que los autodestruía poco a poco, una estupidez impulsada por la codicia o la venganza.

Esta vez, tanto el Imperio Solrathis como el Reino Darlem eran los receptores de esto, dejándolos en estados lejos de su antigua gloria.

Sin embargo, la guerra, a pesar de haber estado activa durante más de 2 años, no había devastado completamente ambos países, dejando que la mayoría de sus habitantes vivieran una vida debajo a lo normal, pero lo suficiente para vivir de forma segura.

“He regresado, Su Majestad.”

El joven de cabello blanco, ahora vestido con un elegantes traje blanco y una capa azul sobre sus hombros, se encontraba arrodillado delante de dos magníficos tronos, ocupados por un hombre y una mujer.

A su alrededor se encontraba una hilera de personas de diferentes géneros y edad, observando al joven como si de una celebridad se tratase.

“Bienvenido de regreso, Príncipe Sora von Darlem.”

El hombre sentado en el trono saludo al ahora conocido como Sora, quien se mantuvo arrodillado sobre su rodilla y su cabeza agachada.

“Tus logros en la primera línea no solo a salvado a este país del cruel destino, si no que has logrado provocar una situación prometedora para nosotros.”

“Es un honor recibir sus palabras, Su Majestad.”

A los ojos del país entero, Sora no solo era un príncipe del mismo, sino que también eran un héroe de guerra, la persona quien, con su mando y poder, logro darle la vuelta al tablero.

“¿Hay algo que desees?”

La voz del rey se volvió menos pesada cuando pregunto por algo de interés para Sora, quien levanto la cabeza y contesto poco después.

“Su Majestad, si me permite preguntar, ¿Cuál es el motivo por el que me llamo?”

En situaciones normales, las palabras de Sora podría haber interpretadas como una falta de respeto hacía la máxima autoridad del reino, llevándolo a un castigo severo.

Sin embargo, la situación actual era diferente, ya que todos los presentes conocían sobre la crucial presencia del príncipe peliblanco en el campo de batalla, por lo que su pregunta era esperada.

“Tu presencia ya no será requerida en el frente.”

“¿Disculpe?”

El estoico rostro del joven, tan frío como el hielo, no presento cambio, pero sus ojos contenían duda ante lo dicho por el rey.

“Hace unos días, el Imperio envío un mensajero. Quieren firmar un tratado de no agresión y poner fin a la guerra.”

“¿¡!?”

Los ojos de Sora se abrieron levemente, imposible de notar a simple vista, pero fue suficiente para demostrar la conmoción ante la noticia.

“¿Cómo es eso posible…? ¿El Emperador no deseaba nuestro territorio?”

El Emperador de Solrathis era conocido como un anciano codicioso, alguien que, a pesar de estar en sus 90, aún tenía una sed de poder insasiable, alguien que deseaba poner a todo el continente bajo una misma bandera. Por lo tanto, era casi imposible, no, imposible que alguien así se rindiera, aún después de perder miles de soldados.

Sin embargo, la duda de Sora fue respondida rápidamente, con palabras que nunca espero oír.

“El Emperador fue derrocado por uno de sus nietos. No solo eso, según informaron, tambien se elimino la competencia… Se acaba de formar un trono de sangre en el Imperio.”

[Un trono de Sangre]

Es un termino utilizado cuando un miembro de la realeza eliminaba (asesinaba) a la competencia por el trono, comúnmente refiriéndose a familiares como tíos, padres, hermanos, primos, etc.

De igual forma, es una situación tensa tanto para los residentes de ese país como para los alrededores debido a lo impredecible que puede ser un líder que es capaz de hacer algo así.

“Como tal, la guerra a terminado. Pero aún mantendremos la vista en la frontera, es imposible saber lo que era el nuevo Emperador.”

“Entiendo, pero en ese caso, ¿No debería volver al frente?”

La convicción de Sora en mantenerse en el frente creo una sorpresa colectiva en los presentes, ¿Tanto quería proteger su país?

Sin embargo, lejos de sus pensamientos, los motivos reales eran muy diferentes.

“Se te dará el gobierno de una ciudad cerca de la frontera y permanecerás ahí hasta nuevas noticias. Mientras tanto asegurate de mantener segura la ciudad, es tuya a partir de ahora.”

¿El Príncipe se acaba de volver gobernante de una ciudad?

Normalmente esto no sería una sorpresa para nadie, teniendo en cuenta que los príncipes eran miembros de la realeza, la máxima autoridad del reino y era normal que se le otorgará una ciudad a gobernar, ya sea para poner a prueba sus habilidades o simplemente para mantenerlo alejado de la batalla de sucesión.

Sin embargo, la situación actual era un poco diferente.

¿El príncipe que vivió la mayor parte de su adolescencia en el campo de batalla va a gobernar una ciudad?

Ya no era simplemente el hecho de que no tuvo la educación adecuada en cuanto a gobernar una ciudad, sino que, como guerrero, normalmente su área no sería la gestión de un territorio.

“Seguiré las ordenes de Su Majestad por su voluntad.”

Para sorpresa de muchos, no había ni una sola pizca de dudas en la voz de Sora, quien acepto el encargo inmediatamente.

Ahora… ¿Como se desarrollaran los eventos futuros?

●●●

Casi una hora más tarde, la audiencia con el Rey de Darlem y padre de Sora, Reinharth von Darlem, llegó a su fin.

“¡Saludamos a Su Alteza!”

Ahora libre, Sora se dirigió directamente al campo de entrenamiento, dónde los caballeros perteneciente a la Orden Real entrenaban día a día.

Su llegada no paso desapercibida, ya sea por su apariencia distintiva o su fama; lo que provocó que todos los presentes se alinearan rapidamente en fila y lo saludaran.

“Continúen, solo vine a observar.”

Sora despidió a los presentes y se dirigió a las gradas alrededor del campo, sentándose y observando atentamente como los soldados entrenaban.

Sin embargo, Sora notó como la mayoría parecía estar nervioso en su presencia y no podían concentrarse adecuadamente, provocando errores de algún tipo como dejar puntos abiertos que sus oponentes aprovechaban.

Sabiendo que su presencia solo entorpecería a los presentes, Sora decidió ir directamente al grano.

“¿Quien de ustedes es el más fuerte?”

La ausencia de Sora en la capital por varios años le llevo a desconocer la situación en su gran mayoría, lo que hacía que muchas personas presentes le fueran desconocidas.

“A su servicio, Su Alteza.”

Un caballero dio un paso delante entre el grupo presente, arrodillandose sobre una rodilla y llevando su mano derecha hacía su pecho, justo sobre su corazón.

Este caballero era claramente diferente al resto, no solo por la armadura de diferente color o el manto que llevaba sobre sus hombros, sino por otra razón.

‘Es fuerte.’

Con sus sentidos e instintos perfeccionados a través de las largas batallas, Sora podía decir por si mismo que la persona arrodillada frente a él era fuerte, el más fuerte de los caballeros presentes.

“No conozco tu rostro, ¿Quién eres?”

“Soy el Vice-Comandante de la Guardia Real, Rainor von Valmont.”

El hombre se presento como Vice-Comandante, ganando un asentamiento de Sora.

“Ciertamente eres fuerte. Levántate, tengo una orden para ti.”

“¡Si!”

Rainor sabía que, a diferencia de los otros príncipes del país, la persona que tenía delante era uno de los mas destacados entre ellos.

Héroe de Guerra, Caballero Mágico, Ejército de un solo hombre… El príncipe Sora von Darlem era conocido por títulos que respaldaban sus logros, alguien de respeto y miedo.

“¿Cuáles son sus ordenes, Su Alteza?”

Ante la atenta mirada de todos los presentes, en especial de Rainor, Sora se dirigió a uno de los bordes del campo de entrenamiento donde almacenaban las armas.

“Rainor von Valmont, ten un duelo conmigo.”

“¿Disculpe?”

Ante la orden de Sora, Rainor se quedo estupefacto; nunca espero que un principe le pidiera un combate.

“¿Necesito repetirme?”

Ante la mirada helada y la voz carente de emoción, el cuerpo de Rainor se estremeció y su cuerpo se tenso antes de saludar.

“¡Entendido!”

A Rainor no le quedaba otra alternativa. Las ordenes de la familia real eran absolutas, y más aún viniendo de la persona frente a él.

Sin embargo, él estaba preocupado por lo que pasaría a continuación.

En el caso de dañar al príncipe, esto le traería grandes repercusiones tanto a él como su familia, lo que podría quitarle su puesto.

Por otro lado estaba el hecho de que se enfrentaba a alguien que acaba de regresar de un guerra, algo que complicaba las cosas.

“Tomando a los caballeros presentes, declaro y ustedes eran testigos: ¡Lo que suceda aquí será mi responsabilidad!”

Sora entendía las preocupaciones del Vice-Comandante, ya que dañar a la familia real era un pecado en cualquier país. Por lo que, utilizando a los presentes, declaró la intensión de asumir la responsabilidad, sacando un suspiro de alivio a Rainor.

“Entendido, tendré un duelo con Su Alteza.”

●●●

Un centenar de caballero se encontraban sentados en las gradas alrededor del campo de entrenamiento, observando con tensión y nerviosismo a las únicas dos personas debajo.

Una de ellas, con cabello blanco pálido, ojos azules helados y un rostro estoico, portaba una espada larga de madera en su mano izquierda.

Frente a él estaba un hombre musculoso con una armadura plateada. Tenía cabello rojo oscuro, ojos dorados y un rostro afilado, reflejando sus aparentes 30 años de edad.

“¡Daremos inicio al combate amistoso entre el 5to Príncipe de Darlem, Sora von Darlem vs el Vice-Comandante de los Caballeros Reales, Rainor von Valmont…!”

Desde las gradas, uno de los caballeros gritó con fuerza, provocando que su voz se escuchara en todo el campo.

“¡Las reglas son las siguientes: Las heridas mortales están prohibidas, el combate durara 10 minutos y terminara si se acaba el tiempo, uno se rinde o no pueden continuar! ¿Quedó claro?”

“Si.”

“¡Si!”

“¡Magos, activen el escudo mágico!”

Con ambos combatientes listos, un grupo de personas vestidas con túnicas oscuras levantaron las manos y una luz brillante rodeo el campo.

Esta luz duró pocos segundos antes de desvanecerse, sacando la voz del caballero una vez más.

“¡Qué el combate comience!”

Fwooosh

El aire se corto cuando ambos dieron un paso adelante a una velocidad cegadora.

Clank

Ambas espadas de madera chocaron entre si, creando una pequeña corriente de aire y causando la conmoción entre los presentes.

Clank Clank Clank

Sin palabras, sin distracciones, sin contemplaciones… Solo dos guerreros chocando armas entre ellos, como si sus vidas dependieran de esto.

“¡Cómo se esperaba de Su Alteza! ¡Ire con más fuerza!”

Rainor sintió como su sangre ardía ante el oponente frente a él y en un instante rompió las limitaciones de un humano.

Fwooosh

Un aura azul rodeo el cuerpo de Rainor cuando una sonrisa salvaje apareció en su rostro y miraba a Sora con ojos ardientes.

“Su Alteza, iré con todo aquí partir de este punto.”

“Hazlo.”

Una simple respuesta y el aura azul también rodeo el cuerpo de Sora, empujandola también sobre la espada de madera frente a él.

Sin embargo, había una diferencia entre ambas auras, a pesar de ser esencialmente lo mismo.

A diferencia de Rainor, el aura azul qje rodeaba a Sora parecía un océano que ahogaba a sus oponentes, sacándole gotas de sudor frío por su rostro.

‘Un verdadero monstruo…’

Incluso Rainor, uno de los caballeros más fuertes del Reino, tuvo que admitir que ante Sora no era más que una cucaracha.

“Espero que soportes esto.”

Sora desapareció de su posición original, apareciendo justo frente a él en un parpadeo.

“¡!”

Los ojos de Rainor se abrieron como platos y su cuerpo se movió institivamente, levantando su espada para tratar de bloquear el golpe.

CLANK

‘¡Pesado…!’

Rainor sentía como su cuerpo era aplastado bajo el peso del ataque de Yuuki, haciendo que sus esfuerzos se duplicaran tratando de salir del punto muerto.

‘Esto… es divertido…’

Notando como la fuerza de Rainor se disparaba una vez más, Sora sintió como una pequeña sonrisa se creo en su rostro de forma involuntaria y sus ojos brillaron de azul.

“[Hielo]”

Tomando distancia de Rainor luego de que este rechazará su ataque, Sora decidió dar el siguiente paso, dejando la simple pelea de espadas a un lado y pasando directamente a la magia.

“Tienes que estar bromeando…”

Incluso Rainor se aterro ante el gran poder mágico que desprendia Sora, así como al ver el suelo congelarse a una velocidad visible al ojo.

“Ahora… Terminemos esto por todo lo alto…”