Capítulo 106
Bajo la atenta mirada de Sunny, el Eco empezó a cambiar.
La luz que caía del Núcleo de Sombra parecía filtrarse en la carne de la criatura de piedra, haciéndola brillar con un resplandor oscuro. De debajo de su impermeable armadura de placas emanaban mechones de niebla sombría que se fundían lentamente con ella. Parecía como si la Santa de Piedra estuviera envuelta en fantasmales llamas negras, siendo rehecha por ellas.
El poco color que había en su cuerpo se desvaneció y fue reemplazado por nada más que oscuridad. Sólo quedaban dos fuegos carmesíes ardiendo en sus ojos de rubí, que cambiaban ligeramente de tono y se volvían más amenazadores.
Por supuesto, todos estos cambios se producían en la superficie. Si no fuera por la traumática transformación que había sufrido Sunny para heredar una parte del linaje prohibido de Tejedor, esto habría sido todo lo que hubiera visto.
Sin embargo, con los ojos alterados por la agonía de consumir la gota de sangre divina, fue capaz de ver mucho más.
Bajo la superficie, la esencia del Eco también estaba cambiando, de un modo mucho más fundamental que su aspecto exterior.
Las brillantes ascuas que servían de anclaje a la trama de hilos de diamante habían perdido su resplandor, volviéndose tan transparentes y vacías como el propio Núcleo de Sombra. Los hilos de diamante habían desaparecido, sustituidos por un mar de oscuridad. Esa oscuridad tenía forma, una forma que seguía perfectamente las líneas del cuerpo de la Santa de Piedra.
Era como si una sombra viviente lo habitara ahora, usurpando el papel que antes había desempeñado el patrón de las cuerdas hechiceras.
Aunque de aspecto similar al Eco original, esta nueva criatura era un tipo de existencia completamente diferente. Sunny nunca había visto nada parecido.
Después de todo, había sido creada por su Aspecto.
Mientras tanto, el proceso de transformación estaba llegando a su fin. El rayo de luz oscura emitido por el Núcleo de Sombra estaba desapareciendo, y su reflejo se ahogaba en el agua tranquila del mar silencioso. Las llamas negras ya habían sido totalmente absorbidas por la armadura pétrea de la Santa, desapareciendo el oscuro resplandor de su tersa piel de granito.
Sunny observó a la Santa de Piedra. Vestida con la armadura negra sin brillo, con dos llamas de rubí ardiendo en las profundas sombras del visor, parecía una encarnación de la oscuridad pura, un noble demonio enviado a librar la guerra contra el cielo desde las profundidades del infierno. Sin embargo, lo que más cambió fue su presencia.
Antes, el Eco parecía un cascarón vacío, una herramienta mágica más que un ser real. Ahora, sin embargo, había indicios de una voluntad misteriosa en sus ojos carmesí, una sutil sensación de que había una chispa incipiente de sensibilidad ardiendo en algún lugar profundo de su alma sin luz. O lo que fuera que el amenazador monstruo tuviera en lugar de alma.
Era una Sombra.
Justo cuando este pensamiento apareció en la mente de Sunny, la voz débilmente familiar del Hechizo resonó por encima de las oscuras aguas del Mar de las Almas:
[Has creado un Monstruo de Sombra: Santa de Piedra].
Al oír estas palabras, Sunny sonrió. Sin embargo, un segundo después, la sonrisa desapareció de sus labios, sustituida por una expresión de dolor.
Sólo ahora, después de que el proceso se había completado, sintió un sutil vacío que impregnaba todo su cuerpo. Se sentía… debilitado. La pérdida de un centenar de fragmentos de sombra estaba finalmente haciendo notar sus efectos. Había sospechado que gastarlos de esta forma invertiría el proceso de acumulación de poder que le había consumido durante estos últimos meses, pero seguía siendo una sensación desagradable.
Era mucho más fuerte de lo que había sido durante el viaje a través del Laberinto, sin embargo, parte de su poderío físico había desaparecido inequívocamente, dejándole un amargo sentimiento de pesar.
No, no… había sabido que esto sucedería, y decidió seguir adelante con el experimento de todos modos.
Valió la pena.
Olvidándose del cambio en su estado físico, Sunny caminó alrededor de su Sombra y la observó desde distintos ángulos. Los ojos de la Santa de Piedra siguieron en silencio sus movimientos, enviando destellos de luz carmesí que se reflejaban en la superficie negra del tranquilo mar.
Esto es… asombroso. Me pregunto de qué es capaz…».
Al invocar las runas, Sunny se dio cuenta de inmediato de que había un nuevo grupo brillando justo debajo del que describía sus Ecos.
Sombras: [Santa de Piedra].
Emocionado por aprender más sobre su nuevo monstruo mascota, Sunny estaba a punto de concentrar su atención en las runas, pero entonces se detuvo y miró hacia su propia sombra, un poco avergonzado.
«Eh… perdona. ¿Cómo te encuentras, colega? ¿No estarás… ya sabes… celoso o algo así?».
La sombra apartó la mirada y fingió que no le conocía. Parecía indiferente a la aparición de una nueva criatura de sombra a su servicio, a pesar de que esta nueva Sombra tenía una mayúscula en su nombre.
«Bueno, sólo quería decirte que no deberías estarlo. ¡Todavía te valoro mucho! Aunque la Santa de Piedra probablemente sea capaz de rebanar poderosos monstruos en pedacitos con su espada, mientras que tú sigues siendo sólo un inútil pedazo de… eh… un explorador increíblemente capaz y mi confidente más confiable, aún te aprecio. Sí».
Se quedó mirando a la sombra un rato y, al ver que no reaccionaba de ninguna manera, se dio la vuelta.
‘Más le vale a este tipo mejorar su juego. ¡Ja!
Concentrándose en las runas, Sunny invocó la descripción de la Sombra y leyó:
Sombra: Santa de Piedra.
Rango de la Sombra: Despertado.
Clase de Sombra: Monstruo.
Atributos de la Sombra: [Maestro de batalla], [Robustez], [Chispa de la Divinidad].
Sunny parpadeó. Parecía que el Atributo divino de la Santa de Piedra había evolucionado hasta igualarse con el suyo. ¿Era porque era su maestro? Fue una agradable sorpresa. Sin embargo, seguía sin ver en qué se diferenciaba de antes.
Frunció el ceño y siguió mirando las runas brillantes:
Descripción de la Sombra: [La Santa de Piedra fue creada por el traicionero Perdido de la Luz en la maldita oscuridad de la Orilla Olvidada].
Otra vez con eso de la traición. ¿Me das otro epíteto?».
Pero al momento siguiente, se olvidó por completo de esta pequeña frustración. Porque la siguiente línea de runas le mostró algo realmente inesperado.
Justo debajo de la descripción, un conjunto familiar de runas brillaba en el aire:
[Fragmentos de Sombra: 0/200.]