Capítulo 14
Avancé. El chico permaneció inmóvil.
«…»
La tensión era palpable y el pesado silencio se filtraba a través de las paredes del aula.
Pelo rojo, como teñido de sangre, y ojos de un carmesí oscuro y turbio. Mis instintos me enviaban intensas señales de advertencia. Este tipo irradiaba peligro, sin lugar a dudas. ¿Qué podía hacer en esta situación?
«Si tienes algo que decir, dilo».
Mis palabras no parecían provocarle ninguna reacción.
Simplemente me miró con ojos vacíos y huecos. Yo también me quedé quieto, devolviéndole la mirada. Una fría y aguda sensación de hostilidad me atravesó.
«¿Qué pasa con los ojos de este tipo?»
Sentí una extraña sensación de déjà vu. Ahora que lo pienso, tenía un aura similar a la de Chloe cuando había perdido la cordura.
Además, no era común ver ese tipo de cabello y ojos rojos en este mundo. Tuve la corazonada de que probablemente había un vínculo de sangre entre ellos.
Pasaron unos minutos sin que ninguno de los dos dijera una palabra. Entonces Chloe se puso seria y se interpuso entre nosotros.
«No te preocupes por esta persona, Geom-Ma».
Chloe habló como si quisiera que lo ignorara por completo. Podría haberlo hecho si no estuviera emitiendo un aura tan siniestra, pero ¿cómo podría ignorar algo así? Chloe se dio la vuelta y, con voz temblorosa, le habló al chico.
«¡Te dije que no vinieras…!»
El tono de Chloe estaba impregnado de hostilidad. Seguramente estaba intentando parecer desafiante, pero su voz temblorosa apenas tuvo efecto.
El chico respondió con una sonrisa irónica, sin decir una palabra. Chloe palideció, temblando mientras me agarraba fuertemente de la manga.
Fruncí el ceño al verlo. Aunque Chloe era tímida por naturaleza, era evidente que sentía un rechazo visceral hacia este chico. En ese momento, el chico, que había estado en silencio hasta entonces, habló.
«No pareces muy fuerte. ¿De verdad querías estar con alguien como él, rompiendo las reglas de los Auditore, Chloe?».
Chloe respiró hondo y respondió.
«No me importa si es Auditore o lo que sea, ya no tiene nada que ver conmigo».
«La sangre manchada no se puede limpiar. Si naciste como un Auditore, siempre estarás ligada a ellos».
El chico, llamado Knox, respondió con firmeza. Su forma de hablar parecía sacada de un drama histórico.
«Abandona a este don nadie y vuelve con los Auditore, Chloe».
«¡No llames así a Geom-Ma!».
Al oír la palabra “don nadie”, el rostro de Chloe se endureció y desató una fría hostilidad hacia Knox. Una peligrosa energía roja llenó el aula.
Afortunadamente, era la hora del almuerzo y no había otros estudiantes alrededor.
Aunque ahora estaba acostumbrado a situaciones inusuales como esta, si hubiera sido yo hace unas semanas, probablemente me habría derrumbado bajo el peso de esa atmósfera sofocante.
«… Auditore».
Repetí esa palabra en mi mente, reflexionando. No sabía mucho, pero tenía una idea general de quiénes eran. Una organización en la sombra especializada en infiltración y asesinato.
Por mi experiencia durante el juego, no aparecían en las primeras etapas, pero su nombre comenzó a mencionarse a mitad de juego y, al final, desempeñaban el papel de aliados ocasionales.
Recordé que, entre las muchas familias envueltas en misterio, los Auditore eran especialmente esquivos.
Pero una cosa era segura: todos los miembros de esa familia eran absurdamente fuertes. Aunque se decía que no eran los mejores en combate directo en comparación con otras familias de héroes, eran inigualables en lo que respecta a emboscadas y asesinatos.
Desde muy jóvenes, fueron sometidos a un entrenamiento que rayaba en el abuso, convirtiéndolos en herramientas de asesinato.
Ahora que lo pienso, el rostro inexpresivo de ese tipo, Knox, encajaba más con el Auditore, mientras que Chloe, con su timidez y nerviosismo, parecía fuera de lugar.
Quizás Chloe solo quería llevar una vida normal. Nadie podía entenderla del todo a menos que estuviera en su situación.
Pero la vida no lo permitiría tan fácilmente. Yo tenía que lidiar con la bendición del Dios de la Espada, y Chloe tenía que soportar el entorno de una familia de asesinos. Probablemente solo quería escapar. Su lado retorcido era el resultado de una educación cruel.
Miré a Chloe. Estaba expresando su hostilidad hacia Knox mordiéndose los labios tan fuerte que empezó a sangrar.
Parecía un mecanismo de defensa, como un erizo que eriza sus púas.
Desvié la mirada hacia Knox. Sus ojos tenían una frialdad que sugería que no dudaría en matar. O más bien, parecía alguien que ya estaba acostumbrado a ello.
Sabía que los Auditore eran conocidos por buscar y eliminar a los enemigos internos para mantener el orden. Sinceramente, tampoco tenía problemas con matar cuando era necesario. De hecho, lo veía justificable en determinadas circunstancias.
Pensaba que gente como los gemelos Mao merecía morir. Y en una sociedad aristocrática tan corrupta, seguramente había muchas cabezas que debían rodar.
Pero vivir como una máquina que mata sin emoción, sin elección, solo porque has nacido en una familia de asesinos… ¿no era demasiado cruel?
Lo pensé. Los héroes salvan el mundo con nobleza. Yo no soy un héroe. Ni quiero serlo.
Pero si no puedo salvar el mundo, al menos podría ayudar a salvar la vida de una chica.
Solté una risita seca. No era la reacción adecuada para la situación, pero no pude evitarlo. Puse mi mano en el hombro de Chloe y la apreté suavemente.
«Necesito hablar con este bastardo».
No pude evitarlo. Mi poder era prácticamente una maldición, pero no me permitiría ser derrotado. Al final, todo volvió al punto de partida. Intenté escapar de la bendición del Dios de la Espada, pero fue inútil.
Me vino a la mente una frase: «No hay paraíso para los que huyen».
Después de todo, mi nombre era Kang Geom-Ma. La espada («geom») y el demonio («ma»). Un nombre perfecto para alguien con una maldita obsesión. Incluso había alardeado de ese nombre delante del Emperador de la Espada.
«Knox, ¿verdad?»
«…»
Knox parpadeó sin decir una palabra.
«Sígueme».
Luego continué, con voz seca.
«Voy a cortarte».
Soy un espadachín.
Para mí, la conversación es algo que se hace con espadas, no con palabras.
Sala de profesores de la academia.
El instructor Lee Won-Bin, con la cabeza rapada, estaba sumido en sus pensamientos, con los brazos cruzados. ¿Qué tipo de experiencia podría hacer que alguien cambiara tanto en tan poco tiempo? No solo había cambiado su apariencia, sino también el ambiente y la impresión que transmitía.
Para empezar, nunca había sido un adolescente típico. A veces, parecía tener la experiencia de alguien mucho mayor.
«Algo le debe haber pasado».
Mientras reflexionaba, alguien se le acercó por detrás y lo sorprendió con un «¡Bu!». Era una mujer con el pelo corto y una figura esbelta, que lucía una sonrisa juguetona.
«¡Sunbae!».
«Ah, Kim, instructora».
«Oh, ¿qué tipo de reacción es esa? No es divertido asustar a alguien si no reacciona».
La tranquila reacción de Lee Won-Bin hizo que la instructora Kim frunciera el ceño en fingida decepción, y luego se metió un par de ositos de goma en la boca.
Siempre tenía algún dulce a mano. Lee Won-Bin, ocultando sus complejos pensamientos, decidió seguirle el juego.
«Instructor, ¿pasa algo? Hoy parece que vuelves a darle vueltas a la cabeza, se te van a chamuscar el poco pelo que te queda de tanto preocuparte. [[1]]
«… No te burles de mi calvicie».
«Jeje, lo siento».
La instructora Kim se rascó la cabeza avergonzada y sacó la lengua. Luego, con una expresión curiosa, preguntó:
«¿De verdad pasa algo? Tienes una expresión muy seria en la cara».
«No es nada. Es solo que Geom-Ma, ese chico, estuvo ausente varios días, y hoy ha vuelto, pero parece un poco… diferente. No puedo dejar de pensar en ello».
«Quizá solo esté creciendo y haya tenido un estirón. Los niños de hoy en día crecen rápido. A veces, cuando los veo desde lejos, creo que parecen mayores que yo. Así que no te preocupes demasiado».
«… No es solo su altura. Es como si su expresión hubiera cambiado, como si hubiera perdido algo de emoción… Es difícil de explicar, pero hay algo raro».
Lee Won-Bin suspiró y se encogió de hombros. La instructora Kim masticaba sus gomitas con una expresión extraña.
«Bueno, mientras no cause ningún problema, debería estar bien, ¿verdad? Por lo que dices, parece un chico educado y respetuoso. Probablemente no sea nada».
«¿Nada…?»
«Quizá me estoy preocupando demasiado…»
Lee Won-Bin concluyó su breve reflexión. Pensando en Kang Geom-Ma, se dio cuenta de que quedaban menos de 15 minutos para el almuerzo. Se levantó para dirigirse a la cafetería.
¡Ring! ¡Ring!
El teléfono de su escritorio sonó con un tono agudo. Era la hora del almuerzo, así que si alguien llamaba a esa hora, tenía que ser urgente. Dejando a un lado su sorpresa, Lee Won-Bin descolgó el receptor.
«Llamada de clase, habla el instructor Lee Won-Bin».
«¡Instructor Lee Won-Bin!».
La voz al otro lado sonaba apresurada. La instructora Kim preguntó quién era y Lee Won-Bin le susurró la respuesta antes de volver a la llamada.
«¿Qué pasa, instructor Choi? ¿Por qué tanta urgencia?».
«Parece que hay un problema».
Lee Won-Bin frunció el ceño, preocupado.
«¿Qué tipo de problema?».
«Parece que uno de tus alumnos ha solicitado un combate aislado ante el director».
«¿Qué? ¿De repente?».
Lee Won-Bin levantó la voz sin darse cuenta, lo que hizo que todos en la sala lo miraran. La instructora Kim, que seguía masticando sus gomitas, casi se atraganta un poco.
Un combate aislado. A diferencia de los duelos normales, era una pelea casi real, similar a los exámenes de clase pero con público.
Básicamente, era una pelea en vivo frente a todos los estudiantes de la academia, donde habría sangre y golpes de verdad, por lo que solo se aprobaba en casos extremos.
«¿Quiénes son los participantes?».
«Es…».
La voz vaciló. Impaciente, Lee Won-Bin la instó a continuar. Finalmente, el instructor Choi respondió con cautela:
«El que lo solicitó es Kang Geom-Ma, y su oponente es Knox Auditore».
«-
Notas.
- La frase original dice: “Instructor, ¿pasa algo? Hoy parece más lúcido de lo habitual”. Pero no sin contexto no queda claro a lo que se refiere así que cambié la frase para que obtuviera sentido en español.
¿Entonces a qué se refería Kim? En coreano existe una frase que se traduce como “los calvos son inteligentes” o “los calvos son lúcidos”, esta idea proviene de la percepción de que las personas mayores y sabias a menudo pierden el cabello con el tiempo, lo que lleva a la asociación entre la calvicie y la inteligencia.
El instructor es calvo a los lados del pelo (lo podéis ver en el manga para haceros a la idea) así que de ahí la frase. ______